En México, el finiquito es una prestación que se le otorga al trabajador al momento de dejar de laborar en una empresa. Se trata de una indemnización que el empleador debe pagar al trabajador por los años de servicio prestados. Sin embargo, existen ciertas situaciones en las que el trabajador pierde el derecho a esta prestación. A continuación, se mencionan algunas de ellas.
En general, se pierde el derecho al finiquito cuando se renuncia voluntariamente a un empleo. También se puede perder el derecho si se es despedido por causas justificadas, como faltas graves o incumplimiento del contrato de trabajo.
¿Cuánto tiempo tiene una empresa para dar el finiquito? – [Tiempo límite]
En España, el tiempo máximo que una empresa puede tardar en dar el finiquito a un trabajador es de cinco días hábiles desde que se produce el cese de la relación laboral. Si el trabajador no recibe el finiquito en este plazo, la empresa puede ser sancionada con una multa de hasta 1.500 euros.
¿Qué pasa si me voy voluntariamente de la empresa?
Existen varias consecuencias que pueden derivarse de tomar la decisión de irse voluntariamente de la empresa. En primer lugar, es importante tener en cuenta que esta acción puede afectar negativamente la reputación de la persona, especialmente si la empresa es conocida y tiene un buen prestigio. Además, esto también puede afectar la posibilidad de encontrar un trabajo en el futuro, ya que las empresas pueden ver esto como un indicador de falta de compromiso por parte del trabajador. Otro factor a considerar es que, dependiendo de las circunstancias, esta acción puede ser considerada como una renuncia y, por lo tanto, puede haber consecuencias legales que deriven de ella.
Después de leer el artículo, se puede concluir que el derecho al finiquito se pierde en algunos casos, como cuando se renuncia voluntariamente, se es despedido por justa causa o se abandona el trabajo.
Puedes perder el derecho a tu finiquito si renuncias a tu trabajo o si te despiden por motivos justificados. También puedes perderlo si te conviertes en un trabajador por cuenta propia o si te jubilas.
